4/04/2012

Negra

En "escritora fantasma" la segunda palabra pesa tanto como la primera, me cuesta más desaparecer que escribir. El escritor fantasma debe desaparecer, le pagan para que se esfume en el aire y bote palabras. Son un montón de palabras bonitas combinadas para producir un significado impropio. No se pueden sacrificar las palabras en pro de una mala historia, la historia pesa tanto como la forma en la que está escrita, el tecnicismo no lo es todo, una técnica impecable sin historia es tan floja como una historia sin técnica. No puedo ser dueña sólo de las palabras, tengo que ser dueña también de la historia que forman, esa es la verdadera literatura y un escritor verdadero jamás podría renunciar a ella.